Evaluación del uso de la simulación Megacode para la formación en cuidados críticos: una estrategia efectiva
October 15, 2025

La capacidad de juicio clínico es una competencia esencial en la formación de profesionales de la salud, especialmente en ámbitos de alta complejidad como cuidados críticos. La simulación clínica, particularmente en su modalidad de megacode, ha emergido como una estrategia innovadora que permite a los estudiantes enfrentarse a escenarios realistas de emergencia, promoviendo el razonamiento rápido, la toma de decisiones bajo presión y la gestión emocional. Diversos estudios han demostrado que la utilización de simulaciones de alta fidelidad mejora habilidades técnicas y cognitivas, además de fortalecer la confianza y la seguridad del paciente. Sin embargo, aún existe una necesidad de evaluar en profundidad cómo estos entrenamientos impactan a largo plazo en el juicio clínico y en la percepción de los propios estudiantes, especialmente en contextos culturales diversos.
Este estudio publicado en la revista Educación médica, realizado por la Fundación Universitaria Ángeles de Filipina, está basado en un diseño de métodos mixtos que busca analizar la efectividad de la simulación megacode en el desarrollo del juicio clínico en estudiantes de enfermería, integrando datos cuantitativos y cualitativos para obtener una visión integral del proceso de aprendizaje y transformación.
Métodos y materiales
Se empleó un diseño de métodos mixtos en paralelo y convergentes, siguiendo las recomendaciones de Cheng et al. (2016) para garantizar la validez y la transparencia metodológica. La estrategia consistió en la recopilación simultánea de datos cuantitativos (mediciones de juicio clínico antes y después de la intervención) y cualitativos (percepciones, experiencias y análisis reflexivos de los participantes).
El estudio involucró a 150 estudiantes de cuarto año del grado en Enfermería de una universidad en Angeles City, Filipinas. La muestra incluyó estudiantes matriculados en un curso de cuidados intensivos, todos mayores de 18 años y dispuestos a participar voluntariamente. La participación fue voluntaria y se garantizó el cumplimiento de los protocolos éticos, incluyendo consentimiento informado y confidencialidad en todos los procesos.
Se utilizó un muestreo por conveniencia para la parte cuantitativa, seleccionando a quienes estaban disponibles y dispuestos a completar tanto la prueba previa como la posterior. Para la parte cualitativa, se aplicó un muestreo intencional, seleccionando a los participantes que aportaran perspectivas enriquecedoras. Se realizaron 9 grupos focales (cada uno con 5-6 alumnos) y 20 entrevistas individuales, además de notas de campo, formularios de feedback y reflexiones narrativas, para captar en profundidad las experiencias relacionadas con el proceso de juicio clínico.
Intervención
La intervención consistió en un programa estructurado de simulación megacode basado en las guías del Advanced Cardiac Life Support (ACLS) de la American Heart Association, diseñado según el marco teórico de investigación en simulación de Cheng et al. (2016). La metodología se dividió en varias fases:
Fase 1: Evaluación previa
Se utilizó la Lasater Clinical Judgment Rubric (LCJR) para medir el juicio clínico inicial de los estudiantes, en las dimensiones de Noticing, Interpreting, Responding y Reflecting.
Fase 2: Simulación en escenarios realistas
Los estudiantes participaron en dos escenarios de megacode, desarrollados con guiones estructurados que replicaban emergencias críticas en cuidados intensivos. Cada escenario duró entre 20 y 30 minutos y se realizó en laboratorios equipados con maniquíes de alta fidelidad y material de soporte vital. Los escenarios aumentaron en complejidad progresivamente. La facilitación estuvo a cargo de instructores con experiencia en cuidados críticos, quienes siguieron protocolos estandarizados para garantizar la homogeneidad.
Fase 3: Debriefing estructurado
Tras cada escenario, se llevó a cabo un debriefing en tres fases: reacción emocional, análisis crítico y síntesis. Este proceso facilitó la reflexión guiada, la evaluación del desempeño y la identificación de áreas de mejora, promoviendo un aprendizaje profundo y la internalización de las competencias.
Fase 4: Evaluación post-intervención
Se volvió a aplicar la LCJR para medir los cambios en el juicio clínico tras la intervención, complementado con entrevistas, análisis de videos y encuestas de satisfacción.
Análisis de los datos
Cuantitativo
Se analizaron los datos con SPSS 29. Se emplearon pruebas no paramétricas (Wilcoxon y Mann-Whitney) debido a la no normalidad de los datos, y se calculó Cohen’s d para determinar la magnitud del efecto. Los resultados mostraron mejoras estadísticamente significativas en todos los dominios del juicio clínico, con efectos grandes (d≥1.0).
Cualitativo
Se realizaron análisis temáticos siguiendo la metodología de Braun y Clarke, identificando seis temas principales que reflejaron la evolución de los estudiantes desde la incertidumbre inicial hasta la competencia y confianza en la toma de decisiones clínicas. La triangulación de entrevistas, notas de campo y reflexiones permitió una comprensión profunda del proceso de aprendizaje.
Resultados
Mejoras significativas en todos los dominios del juicio clínico tras la intervención (p<0.001).
Incremento en la confianza, cohesión del equipo, comunicación efectiva y aplicación del conocimiento teórico en escenarios prácticos.
Los estudiantes reportaron una transición de la ansiedad a la seguridad, y de la confusión a la competencia, gracias a la repetición, el análisis reflexivo y la orientación en la práctica.
La simulación permitió reducir la brecha entre teoría y práctica, fortaleciendo habilidades técnicas, emocionales y sociales.
Conclusiones
De acuerdo con la investigación de la Fundación Universitaria Angeles de Filipina, la simulación megacode, acompañada de un proceso reflexivo estructurado, demuestra ser una estrategia efectiva para mejorar el juicio clínico en estudiantes de enfermería, fomentando habilidades técnicas, gestión emocional y trabajo en equipo. La integración de metodologías innovadoras y tecnologías digitales, además de la evaluación continua, favorece la formación de profesionales más seguros, competentes y humanizados en áreas de alta complejidad.
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