Simulación Clínica y Enfoque Centrado en el Paciente: El Programa de la Universidad Francisco de Vitoria
15 de octubre de 2025

La simulación clínica ha demostrado ser una herramienta educativa de gran impacto en la formación de profesionales sanitarios, tanto en el grado como en el posgrado, mejorando la adquisición de competencias clínicas, la seguridad del paciente y el razonamiento clínico, como refleja ampliamente la literatura médica.
Un estudio publicado en la revista Educación médica por La universidad Francisco de Vitoria ha incorporado, donde se describe la trayectoria y estructura de la simulación clínica en las primeras etapas del grado en Medicina, como parte del esfuerzo por mejorar la formación de los estudiantes a través de metodologías docentes innovadoras. Esta implementación presenta retos específicos, ya que la simulación ha sido tradicionalmente utilizada en programas de posgrado, donde los estudiantes cuentan con un mayor nivel de conocimientos, habilidades clínicas y experiencia práctica.
La importancia de un programa sólido
El programa de simulación clínica en el grado de Medicina de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) se ha consolidado como un componente esencial en la formación de los futuros profesionales sanitarios. Desde su creación en 2012, el centro ha sido pionero en ofrecer un entorno de aprendizaje avanzado, con una infraestructura moderna y bien equipada que incluye diversas zonas de simulación, salas polivalentes, consultas, quirófanos, un animalario y espacios específicos para atención farmacéutica e higiene prequirúrgica. Esta estructura permite ofrecer experiencias de aprendizaje en un espacio seguro, controlado y realista, complementando las prácticas clínicas tradicionales y favoreciendo una formación práctica, progresiva y adaptada a las necesidades del alumno.
El currículo de simulación se organiza en diferentes itinerarios, que combinan talleres de habilidades y escenarios de simulación con diferentes niveles de complejidad, diseñados para cubrir las diferentes áreas clínicas y competencias necesarias para la práctica profesional.
Talleres de habilidades: Estos itinerarios se enfocan en el desarrollo de habilidades técnicas y no técnicas a través de actividades prácticas en asignaturas específicas y actividades complementarias. Entre ellos, destacan:
Semiología:
impartido en la asignatura Métodos Clínicos I en 3.º curso, donde los alumnos trabajan en anamnesis y exploración física, utilizando simuladores y pacientes simulados, para lograr un aprendizaje profundo y significativo.
Ecografía:
que inicia en 2.º curso, combinando simuladores ecográficos y ecógrafos reales, con el objetivo de que los alumnos dominen el uso básico del ecógrafo y la interpretación de imágenes, y puedan aplicarlo en contextos clínicos posteriores.
Cirugía:
que incluye el uso de simuladores y piezas anatómicas de animales para técnicas invasivas, microcirugía y procedimientos básicos, preparando a los alumnos para intervenciones quirúrgicas reales.
Anestesiología:
centrado en la práctica de técnicas ventilatorias e invasivas con simuladores específicos, para que los alumnos adquieran confianza y destreza en procedimientos críticos.
Razonamiento clínico:
apoyado en diferentes simuladores según la enfermedad o especialidad, para fortalecer el pensamiento crítico y la toma de decisiones en situaciones complejas.
Itinerarios de escenarios de simulación:
Este apartado es uno de los más relevantes y diferenciadores del programa. Desde 3.º hasta 6.º curso, los alumnos participan en escenarios en los que enfrentan pacientes simulados en tareas como anamnesis, manejo de conductas agresivas, facilitación de cambios de conducta, toma de decisiones compartidas y comunicación de malas noticias. La estructura de estos escenarios busca no solo reproducir situaciones clínicas, sino también promover la reflexión crítica, el análisis en video y la autoevaluación. En algunos casos, los pacientes simulados ofrecen feedback inmediato para enriquecer el proceso de aprendizaje.
Un aspecto destacado de estos escenarios es su enfoque en habilidades de comunicación, consideradas esenciales para la formación de futuros médicos. En estos, los alumnos trabajan en la estructura y el orden de la anamnesis, la gestión de conflictos y la comunicación con el paciente en situaciones emocionalmente delicadas, como dar malas noticias. La participación activa, la revisión de videograbaciones y la redacción de historias clínicas son componentes clave que permiten a los estudiantes autoevaluarse y mejorar continuamente.
El itinerario en Urgencias, por ejemplo, abarca desde técnicas básicas de RCP en 1.º curso, hasta la gestión de emergencias pediátricas y simulaciones interdisciplinarias en equipos de trabajo (CRM) en los últimos cursos, con el objetivo de preparar a los alumnos para situaciones de alta complejidad y promover la colaboración en equipo.
Prebriefing y Debriefing, piezas clave en la simulación
El Itinerario de simulación integral transversal es considerado el componente más avanzado y completo del programa. Se planifica cuidadosamente con objetivos claros, fases de prebriefing y debriefing, y un diseño que combina distintos escenarios en diferentes zonas de simulación. Cada curso realiza varias sesiones de 1,5 horas, en las que los alumnos participan en casos clínicos que reflejan situaciones reales, con participación activa y personalizada. La planificación incluye la preparación previa mediante carga documental, el trabajo en diferentes zonas (desde simulación en vivo con instructores o pacientes simulados, hasta plataformas virtuales), y la evaluación continua a través de videograbaciones, listas de cotejo y análisis de historias clínicas.
Este itinerario tiene como objetivo no solo mejorar las competencias clínicas, sino también fortalecer habilidades humanas, éticas y de liderazgo, promoviendo un cuidado centrado en la persona y en la seguridad del paciente. La evaluación de estos escenarios se realiza mediante pruebas de competencia, encuestas de satisfacción y análisis cualitativos, permitiendo la mejora constante del programa y la adaptación a las necesidades formativas y tecnológicas.
Conclusiones
El programa de simulación en la Universidad Francisco de Vitoria destaca por su estructura sólida, su enfoque pedagógico centrado en el alumno, la integración de tecnologías avanzadas y la evaluación continua. Estos elementos aseguran una formación de calidad, que no solo desarrolla habilidades técnicas, sino también competencias humanas, éticas y de liderazgo, imprescindibles para una atención sanitaria segura, humanizada y de excelencia. La experiencia demuestra que la simulación clínica, bien diseñada y evaluada, es un pilar fundamental para preparar a los futuros profesionales a afrontar los retos del sistema sanitario.
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