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Porcentaje alimenticio y vitamínico para lograr un equilibrio dietético perfecto

8 de noviembre de 2020

Por Generación Elsevier

Diet

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La ingestión de hidratos de carbono, grasas y proteínas aporta energía para las diversas funciones del organismo o para su almacenamiento y uso posterior. La estabilidad prolongada del peso y de la composición orgánica exige un equilibrio entre el aporte y el gasto energéticos. Si una persona se sobrealimenta y el aporte energético excede de forma continua el gasto, casi todo el exceso se deposita en forma de grasa, con lo que aumenta el peso corporal. Dado que los alimentos contienen porcentajes diferentes de proteínas, hidratos de carbono, grasas, minerales y vitaminas, hay que mantener además un equilibrio adecuado de ellos para proveer a todos los sistemas metabólicos corporales del material necesario. Siguiendo la línea marcada por el ‘Manual de supervivencia’ del estudiante de Medicina,(se abre en una nueva pestaña/ventana) que os ayuda en lo académico, queremos ayudaros también en lo referente a vuestra nutrición. Para ello nos valemos del Tratado de Fisiología médica, la herramienta que nos resume con exactitud esos porcentajes y las cantidades de vitaminas que no pueden faltar en tu dieta diaria.

Energía de los alimentos 

La energía que libera cada gramo de hidratos de carbono, tras su oxidación a dióxido de carbono y agua, es de 4,1 calorías (en este campo, 1 caloría signifi ca, en realidad, 1 kilocaloría) y cada gramo de grasa, 9,3 calorías. La energía liberada por el metabolismo de las proteínas habituales de la alimentación, tras la oxidación de un gramo a dióxido de carbono, agua y urea, representa 4,35 calorías. Por otro lado, el porcentaje medio que se absorbe de estas sustancias en el tubo digestivo también varía: cerca del 98% de los hidratos de carbono, el 95% de las grasas y el 92% de las proteínas. Por tanto, la  energía fi siológica disponible  media contenida en cada gramo de estos tres principios inmediatos de la alimentación corresponde a:

Calorías

  • Hidratos de carbono 4

  • Grasas 9

  • Proteínas 4

Aunque existe una variación notable entre las distintas personas, e incluso en una misma persona en días diferentes, la dieta habitual que ingieren los norteamericanos les proporciona un 15% de la energía en forma de proteínas, un 40% como grasas y un 45% como hidratos de carbono.

La ingesta de hidratos de carbono, grasas y proteínas aporta energía para las diversas funciones del organismo o para su almacenamiento y uso posterior. La estabilidad prolongada del peso y de la composición orgánica exige un equilibrio entre el aporte y el gasto energéticos. Si una persona se sobrealimenta y el aporte energético excede de forma continua el gasto, casi todo el exceso se deposita en forma de grasa, con lo que aumenta el peso corporal. Dado que los alimentos contienen porcentajes diferentes de proteínas, hidratos de carbono, grasas, minerales y vitaminas, hay que mantener además un equilibrio adecuado de ellos para proveer a todos los sistemas metabólicos corporales del material necesario. El Guyton y Hall, Tratado de Fisiología médica, es la herramienta que nos resume con exactitud esos porcentajes y las cantidades de vitaminas que no pueden faltar en la dieta diaria.

En casi todos los países no occidentales, la energía de los hidratos de carbono excede con mucho la de las proteínas y la de las grasas. De hecho, en algunas regiones del mundo donde escasea la carne, la energía combinada que aportan las grasas y las proteínas no supera el 15 al 20%.

Diet Graph

Diet Graph

La  infografía muestra la composición de algunos alimentos y, en particular, el elevado porcentaje de grasas y proteínas de los productos cárnicos y el gran porcentaje de hidratos de carbono de la mayoría de los vegetales y cereales. La grasa alimentaria es muy engañosa, porque suele encontrarse en forma de grasa entera, mientras que las proteínas y los hidratos de carbono están mezclados con el agua, y representan, de ordinario, menos del 25% del peso. Por esta razón, la grasa de un taco de mantequilla mezclada con una ración entera de patata contiene, a veces, tanta energía como la propia patata.

Los requisitos diarios medios de proteínas corresponden a 30-50 g. Cada día se descomponen diariamente de 20 a 30 g de proteínas corporales, para producir otros compuestos químicos corporales. Por eso, todas las células han de fabricar siempre proteínas nuevas para reponer las destruidas y el régimen debe contener una cantidad mínima de proteínas. En general, se pueden mantener los depósitos de proteínas si  la ingestión diaria es mayor de 30-50 g.   Algunas proteínas contienen cantidades inadecuadas de ciertos aminoácidos esenciales y no sirven para reponer las proteínas destruidas. Estas se denominan  proteínas parciales  y, cuando abundan en el régimen, los requisitos diarios de proteínas aumentan mucho más de lo normal.

En general, las proteínas de origen animal son más completas que las de origen vegetal o cereal. Por ejemplo, la proteína del maíz casi no contiene triptófano, uno de los aminoácidos esenciales. Por eso, las personas que consumen harina de maíz como fuente principal de proteínas padecen en ocasiones el síndrome de carencia proteica conocido como  kwashiorkor. Este consiste en falta de crecimiento, obnubilación, depresión de las funciones intelectuales y edema debido a la baja concentración de proteínas. Los hidratos de carbono y las grasas «ahorran proteínas». Cuando los hidratos de carbono y las grasas abundan en el régimen de alimentación, casi toda la energía corporal deriva de estas dos sustancias y muy poca de las proteínas.

Requisitos diarios de vitaminas

Una vitamina es un compuesto orgánico necesario en pequeñas cantidades para el metabolismo y que las células no pueden fabricar. La falta de vitaminas en la alimentación provoca carencias metabólicas importantes. La infografía enumera las cantidades de las vitaminas esenciales requeridas por una persona normal cada día. Estos requisitos varían mucho y dependen de factores como la superficie corporal, la velocidad de crecimiento, la cantidad de ejercicio y el embarazo.