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Robert Nieves: “El liderazgo en enfermería es motor y pieza clave en el escenario de la innovación sanitaria post-covid”

12 de mayo de 2022

Por Elsevier Connect

¿Cómo han cambiado el panorama y los retos asistenciales tras la crisis sanitaria generada por el SARS-CoV-2? ¿Están los clínicos lo suficientemente formados y equipados para incorporar las nuevas tecnologías de la salud en sus procesos diarios? ¿Por qué es tan necesario que los profesionales de la enfermería asuman su rol de liderazgo en la transformación digital, actualmente en marcha y que será una realidad dentro de una década? ¿Cuáles son las “señas de identidad” de ese liderazgo enfermero?  Robert Nieves, Vicepresidente de Informática Clínica de Elsevier, aborda éstas y otras cuestiones referentes al papel de la Enfermería como elemento de innovación en el escenario asistencial post-covid. Nieves es enfermero con 31 años de profesión a sus espaldas. Está especializado en la implementación de soluciones tecnológicas basadas en la evidencia en distintas organizaciones e instituciones.

La pandemia del Covid-19 ha supuesto un antes y un después en la práctica clínica asistencial, obligando a los profesionales a asumir numerosos retos –la mayoría en tiempo récord–y a replantearse muchas de las estrategia y protocolos habituales. Pero también ha arrojado importantes lecciones y evidencias que están definiendo las tendencias que van a marcar la atención médica que prestan los clínicos.

“De la crisis sanitaria vivida en los últimos tiempos se extrae una idea clara: tenemos que aprovechar durante los próximos 10 años todo lo que aprendimos en el contexto de la pandemia para mejorar las formas de trabajo, modificar los errores y redireccionar el cuidado que brindamos a los pacientes”, afirma Robert Nieves.

Tal y como comenta el experto, la pandemia se superpuso a situaciones preexistentes (como, por ejemplo, la alta cifra de muertes –2,6 millones al año– debidas a errores evitables), produciendo un efecto “lupa” o revelador de hacia dónde hay que dirigir en los próximos años los esfuerzos en innovación. Y en este marco, considera que uno de los aspectos más ‘innovadores’ es que cada uno de los profesionales de Enfermería se vea a sí mismo como un líder: “Es fundamental que cada enfermero asuma esa responsabilidad de ser líder, ya que es desde este enfoque como la Enfermería va a participar de forma activa y a producir más impacto en esa visión de futuro que las circunstancias post-covid han puesto de manifiesto, ayudando a materializar la transformación hacia el nuevo escenario que se ha dibujado y siendo, por tanto un factor de ‘innovación’ dentro de su organización”, apunta Robert Nieves.

Nuevas “coordenadas” impuestas por la Tecnológica y el cambio asistencial postpandemia - “The Clinician of the Future”

Para contextualizar las nuevas circunstancias en las que debe desarrollarse ese rol enfermero, Nieves hace un repaso a los datos arrojados por el estudio sobre el “Clínico del Futuro”, llevado a cabo por Elsevier con el objetivo de extraer, a través de las percepciones de los sanitarios, las principales consecuencias de la pandemia y definir las tendencias que marcarán la labor asistencial en los próximos años.  “Los resultados de este estudio, cuyos datos se publicaron en marzo de 2022, permiten identificar cuál debería ser la hoja de ruta para el clínico del futuro: las necesidades y los nuevos roles que protagonizarán ese nuevo escenario; las herramientas que será necesario desarrollar para dar respuesta a ese nuevo modelo y, también, definir el papel del enfermero, a través de su liderazgo, en la implementación de esa innovación”.

Entre las conclusiones más destacables de esta investigación se encuentra la constatación de que una amplia mayoría de los clínicos (el 71%) reconoce que sus roles han cambiado en la última década y que este cambio pone de relieve la importancia que ha ido adquiriendo la Inteligencia Tecnológica. Según explica Robert Nieves, este cambio de rol y la tendencia a la digitalización –actualmente en marcha y que se materializará en la próxima década– va a ser especialmente evidente en tres cuestiones concretas: el auge del Big Data y la salud digital; una población de pacientes cada vez más empoderada y la implantación de un entorno clínico combinado.

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“El 80% de los clínicos están de acuerdo en que el Big Data será parte integral de la gestión de la salud de la población, y un 70% considera que el uso general de las tecnologías de la salud digital permitirá la transformación positiva de la atención. Entre las innovaciones cuyo desarrollo se prevé en este marco se encuentran los registros médicos electrónicos de pacientes, con la integración de múltiples fuentes de datos; unos enfoques de tratamientos cada vez más personalizados, en los que será clave el análisis de datos clínicos en tiempo real; y el uso creciente de herramientas de Inteligencia Artificial (IA) como soporte a la decisión clínica”.

Para la Enfermería, toda esta innovación tendrá un importante peso en tres campos de actuación principales: “En primer lugar, en el cuidado personalizado del paciente, ya que somos los profesionales que pasamos más tiempo con ellos, conociendo sus peculiaridades de forma individualizada y tratándolos de manera holística. También impactará en el análisis de los datos a tiempo real y en el empleo de las herramientas de toma de decisión, que habrá que incorporar a muchos de los procesos que hacemos a diario”, señala Nieves.

El reto de reforzar la formación digital

Para el Vicepresidente de Informática Clínica de Elsevier, esta transición del modo de asistencial tradicional al digital tiene necesariamente dos consecuencias a las que la Enfermería no es ajena: la necesidad de una mayor formación en las nuevas tecnologías y la transformación de los equipos: “Existe una aceptación generalizada de que la salud digital sólo será útil si los sanitarios reciben apoyo a través de la educación y los equipos clínicos ampliados. La educación pasa por la actualización y la capacitación en el uso efectivo de tecnologías de la salud digital, de los datos, y, también, de la seguridad de los mismos. Asimismo, los perfiles y equipos clínicos también van a cambiar, ya que se requerirán nuevas habilidades como el expertise en el uso de estas innovaciones tecnológicas, y para ello se necesitará el apoyo de equipos más grandes y mejor dotados, que gestionen datos y tecnología de la manera adecuada. En línea con esto, todo apunta a que los equipos multidisciplinares se ampliarán de forma que incluyan analistas y científicos de datos y expertos en seguridad digital”.

Empoderamiento “bidireccional” en un entorno clínico cambiante

Por otro lado, el 66% de los clínicos considera que los pacientes están –y estarán– cada vez más capacitados para cuidar de su propia salud, un empoderamiento que supone a su vez una oportunidad ya que redunda en aspectos como la reducción de la carga de trabajo del clínico, un cambio hacia la atención preventiva (facilitada en gran medida por las herramientas de monitorización) y un mayor énfasis en la salud pública gracias a la generalización del uso de la IA y el Big Data por parte de los usuarios. “El futuro al que se aspira en el cuidado de la salud se basará en dos dinámicas sinérgicas: paciente empoderado y clínico empoderado. Asimismo, un clínico empoderado siempre va a estar alineado con la visión y los enfoques adoptados por la organización a la que pertenece”, comenta al respecto Robert Nieves.

Otro cambio de paradigma que se prevé, y con el que están de acuerdo el 49% de los clínicos, es que la mayoría de la atención médica se brindará en el hogar del paciente, en vez de en un entorno de atención médica (hospital, clínica). Este nuevo modelo ofrece beneficios tanto a los clínicos como a los pacientes en términos de flexibilidad y eficiencia del tiempo, a la vez que refleja un cambio en las competencias profesionales requeridas en ese nuevo escenario: “Los datos reflejan que las habilidades más valiosas en 2031 serán: la competencia tecnológica (51%); el conocimiento clínico (42%); las habilidades de comunicación (40%); el pensamiento crítico (39%); y el análisis de datos y conocimiento de estadísticas (37%)”, dice Nieves.

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Propósito claro (y compartido) y asunción de responsabilidades

Según explica Robert Nieves, para el enfermero, asumir esta condición de líder es un punto de partida clave para adquirir la visión asistencial definida por estas tendencias de futuro, “pero para implantar una cultura de liderazgo es muy importante adoptar una definición que permita a todos los miembros de la organización identificar en qué consiste ese liderazgo. Hay muchas definiciones, pero particularmente me gusta la que dice que “el liderazgo consiste principalmente en desarrollar una visión y permitir que las personas trabajen hacia el cambio que supone esa visión. El propósito, por tanto, es lo más importante: todos los miembros tienen que adoptarlo y, también, actualizarlo e internalizarlo”.

“El liderazgo en Enfermería no implica hacer lo que a cada uno le dé la gana”, añade Nieves, “sino que supone asumir unas responsabilidades importantes: mantenerse al día sobre las últimas investigaciones en salud, prestando una atención basada en la evidencia; brindar al equipo ese conocimiento y las herramientas necesarias para ofrecer una atención de la más alta calidad, y desarrollar planes de tratamiento para mejorar la atención y los resultados, así como abogar por y para la educación de los pacientes, ayudándolos así a empoderarse”.

El análisis de las “señas de identidad” del liderazgo enfermero en un escenario cambiante como el actual pone de manifiesto diferentes cualidades en las que es necesario que los profesionales de la Enfermería trabajen: comunicar y motivar al personal; pensar de manera creativa y crítica; innovar con nuevos flujos de trabajo; delegar tareas; asesorar y enseñar a otros, etc. “Asumir esas responsabilidades y fortalecer esas cualidades es lo que nos va a llevar a la transformación a través del liderazgo”, explica el experto.

De la teoría al pie de la cama del paciente: nuevos modelos

Una vez definido el nuevo escenario asistencial que se perfila y descritos los retos y necesidades a las que se van a enfrentar los profesionales los próximos años, cabe plantearse la siguiente cuestión: ¿Cómo ejercer ese liderazgo a través de la tecnología, principal motor de este cambio, para avanzar en la práctica de Enfermería? La respuesta, según Robert Nieves, viene de la mano de dos estrategias: la Informática de la Enfermería y la implantación de los nuevos modelos de atención estandarizados y basados en las mejores prácticas.

“La Informática en Enfermería es una nueva disciplina cuyo objetivo es identificar, definir, gestionar y comunicar los datos, la información, el conocimiento y la sabiduría en la práctica profesional. Se enfoca hacia el uso que se hace de los datos derivados de los distintos procedimientos asistenciales: el contenido; los flujos de trabajo; la cultura y la tecnología empleada. Proporciona apoyo no solo a las enfermeras/os sino también a usuarios y pacientes y al equipo interdisciplinar, y lo hace a través de estructuras, procesos y tecnologías de información. Esta disciplina implica a su vez la aparición de nuevos roles y ofrece importante oportunidades para el profesional de la Enfermería”.

La otra estrategia que permite a la Enfermería llevar a cabo la transformación a través de su rol de líder es la incorporación de la última evidencia clínica a los modelos asistenciales. “Los clínicos nos dicen que no están preparados, que necesitan más conocimiento, más formación y más capacitación. La solución pasa por desarrollar y definir nuevos modelos y aplicarlos”, comenta Robert Nieves, quien destaca la necesidad de incorporar a la estrategia asistencial un modelo de conocimiento que tenga como punto de partida la práctica basada en la evidencia y que, de forma “circular”, vaya pasando por distintas fases o estadios: adopción del modelo por parte de todos los actores que intervienen en el proceso; captura de los datos de los pacientes y análisis posterior de los mismos para así llegar a resultados empíricos.

Herramientas para optimizar procesos y resultados

Directamente relacionado con este nuevo modelo está el reto de mejorar las herramientas que ayudan a gestionar los flujos de trabajo. Robert Nieves pone como ejemplo el proceso de planificación del cuidado del paciente que las enfermeras usan a diario, “y que se puede optimizar si se integra dentro de una estrategia estándar e interdisciplinar, que asegure la conexión entre el plan de intervención, el objetivo clínico y el problema que se está tratando de mitigar. No se trata solo de registrar un plan de cuidado sino de incorporar el conocimiento y las mejores prácticas, ‘usándolas’ desde dentro de ese flujo. En definitiva, lo que se busca es lograr un proceso y unos resultados mejores a través de herramientas de soporte de toma de decisiones”.

Incidiendo en este aspecto, Robert Nieves señala que es fundamental que los líderes de Enfermería estén bien equipados y capacitados para tomar decisiones adecuadas en el momento oportuno como condición sine qua non para desempeñar ese rol clave en el proceso de innovación y transformación.

“Tenemos que hacer lo correcto individualmente, pero también como grupo, ya que es la forma de impactar en gran manera en nuestras organizaciones. No importa si el profesional de la enfermería tiene un papel formal o informal que identifique ‘oficialmente’ su liderazgo: si está cuidando al paciente a pie de cama, es un líder. Y es como líderes, y con la ayuda y el manejo de toda esta innovación, cómo vamos a avanzar en nuestra profesión y conseguir implementar los cambios necesarios en este nuevo escenario que se perfila”, concluye el Vicepresidente de Informática Clínica de Elsevier.

*Robert Nieves, Juris Doctor, MBA, MPA, BSN, RN, Vicepresidente de informática de la salud para Clinical Solutions en Elsevier, Robert Nieves lidera la dirección estratégica global de la informática de la salud y la integración, entrega y optimización de las soluciones de la empresa dentro de varias plataformas HIT. Tiene casi tres décadas de experiencia clínica como enfermero en cuidados críticos, servicios de emergencia, manejo de casos comunitarios, cuidados a largo plazo y domiciliarios, y 15 años de experiencia directa en informática clínica en el diseño e integración de contenido basado en evidencia