Saltar al contenido principal

Lamentablemente no somos totalmente compatibles con su navegador. Si tiene la opción, actualice a una versión más reciente o utilice Mozilla Firefox, Microsoft Edge, Google Chrome o Safari 14 o posterior. Si no puede y necesita ayuda, envíenos sus comentarios.

Agradeceríamos sus comentarios sobre esta nueva experiencia.Díganos qué piensa(se abre en una nueva pestaña/ventana)

Elsevier
Publique con nosotros
Connect

Complicaciones cardíacas derivadas del tratamiento del cáncer

19 de diciembre de 2017

Por Elsevier Connect

Es innegable que en los últimos años se ha producido un rápido aumento del número de clínicas cardiooncológicas en todo el mundo. Se trata de un hecho extraordinario, si se tiene en cuenta la escasez de orientaciones clínicas que existen al respecto. Por este motivo, es sumamente necesario disponer de un esquema básico que fundamente esta área y el entusiasmo que genera. El título Cardiooncología clínica(se abre en una nueva pestaña/ventana) “se creó con la intención de solucionar esta necesidad”, como destaca su propio autor, Joerg Herrmann, MD.

En la primera sección se ofrece al lector la base necesaria de conocimientos acerca de los principios del tratamiento del cáncer; en la segunda se estudian los tipos de toxicidad cardiovascular que pueden aparecer a consecuencia del tratamiento del cáncer, y en la tercera, su integración en la práctica clínica. Precisamente tomamos de esa segunda sección uno de los aportes más destacados de este título: las complicaciones cardíacas derivadas del tratamiento del cáncer.

Infografía complicaciones cardiacas

Grandes avances que afectan al corazón

En el transcurso de las últimas décadas los esfuerzos conjuntos de la investigación científica básica, el desarrollo de fármacos contra el cáncer, los diversos ensayos clínicos y la asistencia sanitaria han culminado en unos mejores resultados de mortalidad y morbilidad. En los datos estadísticos publicados recientemente por la American Cancer Society (http://www.cancer.org/research/cancerfactsstatistics/cancerfactsfi gures2015/ ) se destaca que la tasa de supervivencia relativa a 5 años para todos los tumores malignos diagnosticados entre 2004 y 2010 fue del 68%, en comparación con el 49% correspondiente al período 1975-1977. Por extrapolación, más de un millón de pacientes se añadirán a los 14,5 millones de supervivientes ya existentes. Estas cifras reflejan el éxito encomiable de los tratamientos contra el cáncer; sin embargo, la cardiotoxicidad que conllevan estos tratamientos se ha convertido en una consecuencia temida e identificable. Aunque están demostradas las consecuencias cardiovasculares de los tratamientos convencionales, los nuevos tratamientos selectivos también se añaden a la lista de los fármacos que provocan cardiotoxicidad.

Por todo ello, es importante adquirir y perfeccionar las estrategias necesarias para tratar a los supervivientes de neoplasias malignas que debutan con una enfermedad cardiovascular prematura. Aunque debido a la mayor incidencia de miocardiopatía e insuficiencia cardíaca (IC) entre los pacientes oncológicos se ha producido un repunte en el interés por la cardiotoxicidad secundaria a los fármacos antitumorales, los nuevos medicamentos antineoplásicos han suscitado inquietudes adicionales porque conllevan un nuevo abanico de alteraciones cardiovasculares. Estos esfuerzos han culminado en el inicio de un nuevo campo dentro de la cardiología: la oncocardiología o cardiooncología. Se han identificado otros muchos efectos secundarios cardiovasculares de los medicamentos antineoplásicos, como infartos de miocardio, hipertensión, arritmias y episodios tromboembólicos; sin embargo, la miocardiopatía sigue siendo la entidad más prevalente y la más estudiada en oncocardiología (infografía).

Del autoaprendizaje a la práctica y docencia

Joerg Herrmann tiene claro que “este libro hace frente a las demandas de todos los profesionales implicados en la cardiooncología: médicos, personal de enfermería y farmacéuticos, a cualquier nivel, desde estudiantes hasta jefes de servicio”. Su estructura es ideal “no solo para el autoaprendizaje y para la práctica clínica, sino también para la formación y la docencia”, resume. Ciertamente, su contenido y diseño permiten convertirlo directamente en un plan de estudios oficial en cardiooncología, de forma que en las clases se pueda seguir el patrón de las tres primeras secciones del libro y los temas específicos descritos en cada una de ellas.

El contenido de esta obra se ha diseñado para facilitar la orientación de las necesidades más relevantes. Por ejemplo, al final del libro aparece una completa tabla que contiene los efectos secundarios cardiovasculares de los fármacos empleados en el tratamiento del cáncer. Asimismo, al analizar y estudiar este material Joerg Herrmann está convencido de que “el lector logrará un alto grado de formación y competencia en la práctica de la cardiooncología.  Los algoritmos, los protocolos y las tablas resultan atractivos, no solo como «guía» para quienes se inician en esta especialidad, sino también como «referencia» para quienes llevan un tiempo ejerciéndola”.

Además de los algoritmos más conocidos para hacer un seguimiento de la aparición de cardiotoxicidad y de los de más reciente aparición dirigidos a controlar la toxicidad vascular, se proporcionan ejemplos de nuevos algoritmos, como los relativos al abordaje global y a los modelos asistenciales de pacientes oncológicos aplicables antes, durante y después de recibir el tratamiento del cáncer“Estos aspectos pueden resultar especialmente interesantes a los profesionales que pretendan abrir una consulta cardiooncológica”. Varios autores especialistas, pioneros en este terreno específico, aportan más orientaciones sobre cómo llevar a cabo esta empresa.