Efectos a largo plazo de la COVID-19

A lo largo de las últimas semanas hemos profundizado a través de diferentes artículos y entrevistas en los mecanismos a través de los cuales el virus SARS-CoV-2 lesiona las células y los tejidos de los diferentes órganos. Este abordaje íntegro del virus que marca el pasado reciente, presente y futuro de la sanidad mundial los hemos basado en el nuevo manual Fisiopatología de la COVID-19 en diferentes órganos y sistemas(se abre en una nueva pestaña/ventana), Hoy volvemos a compartir parte de su contenido exclusivo para retratar sus consecuencias a largo plazo.

Síndrome de COVID postagudo

Una importante proporción de pacientes presenta síntomas que persisten más allá del período de la infección aguda, la mayoría de los cuales se resuelven en las semanas siguientes. Sin embargo, se estima que casi un 50% de personas presentan una sintomatología persistente durante semanas o incluso meses después de una infección inicial por el SARS-CoV-2. En general, la patología de la COVID-19 se caracteriza por una tormenta de citocinas que da lugar a inflamación endotelial, trombosis microvascular y múltiples fallos en los órganos, que persisten más allá de la fase aguda de la enfermedad. Hay un elemento común a toda la sintomatología y los cambios fisiopatológicos sistémicos, y es que implica a sistemas orgánicos integrados con la dinámica sanguínea y vascular.

_{Imagen: Basado en un metaanálisis de estudios que mostró que un 80% de los pacientes con COVID-19 presentan síntomas a largo plazo. CRP: proteína C reactiva; IL-6: interleucina 6; NT-pro-BNP: propéptido natriurético cerebral N-terminal; TC: tomografía computarizada. (Tomado de López-León et al,. 202134. Reproducido con autorización de los autores.)}

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No existe en la actualidad un consenso sobre la definición y la cronología asociadas a los síntomas persistentes de la COVID-19. Los términos «COVID-19 prolongada», «COVID-19 postaguda», «secuelas prolongadas», «síndrome post-COVID-19 aguda», «síndrome post-COVID-19», «secuelas de COVID-19 postaguda» o «síndrome de COVID crónica», entre otros, han sido utilizados por diferentes autores. El manual Fisiopatología de la COVID-19 en diferentes órganos y sistemas(se abre en una nueva pestaña/ventana) emplea el término síndrome de COVID postagudo (PACS). De una forma muy simplificada, podríamos decir que se trata de una entidad que incluye dos situaciones clínicas que no son excluyentes entre sí:

1. Secuelas. Se trata de los daños irreversibles en los órganos afectados por la COVID-19 más allá de las 12 semanas después de la infección. Condicionan diferentes grados de disfunción de dichos órganos y a síntomas permanentes.

2. Long-COVID o COVID prolongada. Se refiere a los síntomas que persisten o aparecen más allá de 4 semanas después de la infección, y que pueden ser permanentes, recurrentes o mejorar progresivamente.

A esto debemos añadir aquellos síntomas que aparecen durante la fase aguda y que persisten durante un tiempo menor. Independientemente de la terminología empleada, es fundamental conocer bien las alteraciones que pueden presentarse en el período post-COVID, pero también el historial previo del paciente, para poder explicar el motivo de la prolongación de los síntomas, así como para descartar complicaciones u otras etiologías graves.

Todo ello puede tener un gran impacto sanitario, fundamentalmente en atención primaria, lo que ha propiciado la creación de guías de manejo específicas. La enorme variabilidad de signos y síntomas condiciona un gran número de consultas médicas por parte de los pacientes, en muchos casos influidos, además, por la infodemia por parte de medios de comunicación y redes sociales, que incrementan la alarma por muchos síntomas que en otro escenario serían considerados banales.

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_{*Textos e imágenes originales tomadas de la obra Fisiopatología de la COVID-19 en diferentes órganos y sistemas} (se abre en una nueva pestaña/ventana)_{Capítulo 12. Seguimiento del paciente pots-COVID Copyright © Todos los derechos reservados}